2° Encuentro: Ecuador (2018)

acerca del encuentro

DECLARACIÓN DEL 2do ENCUENTRO DE MUJERES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE



 En Quito – Ecuador, América del Sur del 28 al 30 de septiembre del 2018, con enorme entusiasmo mujeres de sectores populares, obreras, campesinas, estudiantes, docentes, profesionales, intelectuales, jóvenes, artistas, mujeres sin trabajo, empleadas domésticas, amas de casa, jubiladas, trabajadoras por cuenta propia, mujeres de los pueblos indígenas y negro, mujeres con capacidades diferentes, académicas, artistas, mujeres de diversidad sexo – genérica, participamos en el Segundo Encuentro de Mujeres de América Latina y El Caribe con la firme convicción de que nuestras experiencias de lucha, de organización y de presencia creadora en todos los campos y espacios de la sociedad son la base fundamental para implementar acciones y propuestas que nos permitan avanzar en los objetivos que nos une a las mujeres de América Latina y El Caribe, son similares nuestras culturas; tenemos un pasado histórico común y también son muy parecidos los problemas que enfrentamos. A las mujeres que somos parte del Encuentro de Mujeres de América Latina y El Caribe nos identifica un objetivo muy trascendente para nosotras como mujeres y para sociedad: la urgencia y decisión de construir una nueva sociedad en la cual, la igualdad plena de hombres y mujeres y de toda la humanidad sea una realidad y el pilar fundamental para el progreso y desarrollo social.
Venimos, luego de tres años intensos de trabajo en los cuales afirmamos el carácter autónomo y autofinanciado del Encuentro. Trabajamos durante ese proceso debatiendo en cada ciudad y comunidad, en las fábricas, en las escuelas, universidades y barrios; en los lugares de trabajo, espacios culturales y sociales en los que activamos cada uno de los ejes temáticos que orientaron la discusión y cuyas conclusiones son el resultado de la reflexión de nuestras experiencias y luchas y del análisis de las causas que generan los grandes problemas que caracterizan a este mundo globalizado.
 En Quito llegamos delegaciones diversas por su constitución organizativa y social. Estuvimos presentes delegaciones de México, República Dominicana, Puerto Rico, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Venezuela, Colombia, Perú, Chile, Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Ecuador. En total participamos 1.200 delegadas y esto es un triunfo del Movimiento de Mujeres de nuestra región y del mundo.
Esta masiva concurrencia es el reflejo de la reanimación y vitalidad del Movimiento de Mujeres que se expresa a lo largo y ancho de América del Sur, de Centro América, del Caribe. Es la ratificación de la presencia en las calles de América y el mundo de las mujeres que luchamos por nuestros derechos. Nosotras con la realización del Encuentro hemos contribuido de manera significativa al fortalecimiento de la organización de las mujeres en nuestra región y sus repercusiones se sentirán en el compromiso y movilización de miles de mujeres que asumen como una tarea actual el enfrentamiento al sistema capitalista y patriarcal, a los imperialismos que oprimen a nuestros pueblos y naciones, la lucha contra los gobiernos reaccionarios y antipatrióticos que gobiernan de espaldas a los pueblos en beneficio del gran capital.
El Segundo Encuentro de Mujeres de América Latina y El Caribe, ratificó un principio ideológico y político fundamental: nuestras luchas son parte de la organización y luchas de los trabajadores y pueblos por la transformación de realidad de explotación, pobreza y atraso a la que nos someten los explotadores. Nuestro compromiso es fortalecer la unidad de todas las mujeres y de todas los seres humanos oprimidos por un futuro de verdadero desarrollo que nos lleve a la emancipación y libertad.
Cumplimos con todas las actividades establecidas en la Agenda del Encuentro y en cada una de ellas se expresó una actitud comprometida y participativa de todas las asistentes en todas las actividades del Encuentro.
En este Segundo Encuentro, hemos roto las fronteras establecidas para cada uno de los países y nuevamente comprobamos que son muchos más las realidades y situaciones que nos unen a las mujeres de esta región.
La toma simbólica de Quito, con la marcha de las mujeres constituyó una expresión de alegría y fuerza que con seguridad motivará a las mujeres a sumarse a nuestras luchas.
Después de tres días de arduo trabajo e intercambio, pero de una gran alegría porque pudimos cumplir con todos las metas establecidas para este Encuentro, ahora podemos afirmar categóricamente, que el intercambio de experiencias y el conocimiento más profundo y multilateral de la situación de las mujeres en cada uno de los países de la región constituye un patrimonio muy valioso para el impulso de la organización fortalecimiento de las luchas de las mujeres de nuestra región en la perspectiva de exigir el cumplimiento y ampliación de nuestros derechos.
En esta segunda década del siglo XXI nos encontramos luchando por nuestra segunda y definitiva independencia, esta vez levantando las banderas y acciones contra los imperialismos asociados a la burguesía, terratenientes y grupos dominantes de cada país.
En varias de nuestras naciones, tras las experiencias de gobiernos pseudo izquierdistas, llamados “alternativos” y que están marcados por la corrupción más brutal en la historia de América Latina y El Caribe; las mujeres y los pueblos enfrentamos a gobiernos entregados a las políticas y decisiones políticas de las grandes potencias, que incumplen con sus ofrecimientos y se muestran incapaces de promover las transformaciones estructurales que necesitamos las clases trabajadoras, los pueblos y de manera particular las mujeres. Hoy nos encontramos que su nefasto accionar ha promovido en toda la región el ascenso a los gobiernos de sectores de la derecha neoliberal, ultraderechistas y fascista; también son responsables de que en la actualidad en toda la región, se profundice la dominación capitalista imperialista y con ello el agravamiento de la crisis económica con el
 consecuente ajuste en contra de la economía popular; la entrega de nuestras riquezas; el endeudamiento multimillonario con el FMI y otros organismos internacionales, y el sometimiento a los pueblos en el hambre, el desempleo, y por el contrario, la acumulación de la tierra y la riqueza en manos de las clases dominantes criollas, monopolios y capitales financieros.
Somos conscientes del papel que jugamos en el avance de nuestras sociedades como así también de las consecuencias de la doble y triple opresión y discriminación de la que somos objeto, que padecemos debido al sistema patriarcal en que vivimos inmersas.
En este contexto, todas protagonizamos grandes luchas en nuestros países de origen, y en este II Encuentro de Mujeres, hemos intercambiado nuestras experiencias, luchas y la formas en que en cada lugar nos organizamos, aprendiendo unas de otras en un espacio horizontal, democrático, autofinanciado, autoconvocado y con profundo respeto de todas las ideas.
Así llegamos a la conclusión que en todos los países demandamos:
▪ Acceso al pleno empleo y la eliminación de las distintas formas de discriminación y explotación laboral. Exigimos igual salario por igual trabajo. Demandamos la garantía de trabajo estable y digno para las mujeres jefas de familia, así como la eliminación del trabajo infantil y de todas las formas de precarización laboral y de riesgos laborales que afectan la vida e integridad de las clases trabajadoras. Exigimos medidas efectivas para eliminar la trata de niños/as, niñas, adolescentes y personas en general con fines de esclavitud laboral. Exigimos también la responsabilidad y acción del
Estado en la creación del primer trabajo para los y las jóvenes.
▪ Exigimos salud gratuita y pública de calidad para todos y todas. Salud integral: física y mental para las mujeres y sus familias. Atención prioritaria a nuestra salud sexual y salud reproductiva. Atención prioritaria a la salud
preventiva.
▪ Educación gratuita, científica, laica y de calidad para todas y todas. La
implementación del enfoque de género y derechos humanos en todos los niveles de educación. Fortalecer la educación como un derecho humano
 fundamental que debe servir para la vida y el progreso de nuestros pueblos y naciones, así como para el desarrollo del arte, la cultura, la revalorización de los saberes y conocimientos ancestrales, así como la garantía del acceso de todas las personas a la ciencia y la tecnología. Demandamos planes de educación sexual con enfoque de derechos humanos, laicos y científicos para la formación integral de la niñez y adolescencia en el campo de la sexualidad; una educación sexual que fortalezca la autonomía y capacidad de decisión de las mujeres y ligado a este proceso, políticas adecuadas de planificación familiar, Es nuestra decisión demandar: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”.
▪ Exigimos políticas eficaces contra el narcotráfico que constituye una estrategia de dominación capitalista y que diezma a nuestra juventud y niñez.
▪ Nos ratificamos en nuestra decisión de luchar contra la entrega de nuestros recursos naturales y riquezas a las transnacionales los monopolios extractivistas y contra la minería, la explotación petrolera y las distintas formas de contaminación de las tierras y el agua.
▪ Exigimos medidas efectivas para garantizar la soberanía alimentaria, la tierra para quien la trabaja y especialmente, para las mujeres cabezas de familia. Queremos políticas y programas para que las mujeres campesinas jefas de familia puedan acceder a créditos, capacitación y apoyo para la comercialización de sus productos.
▪ Como contrapartida a las actividades reproductivas que nos impone la sociedad: demandamos la urgente implementación de políticas públicas que nos garanticen una vida digna con la creación y ampliación de servicios sociales gratuitos y de calidad. Exigimos centros de atención infantiles integrales, pre/escolares, hospitales y centros de salud, comedores populares y otros. Así también la creación de centros de cuidado para personas con enfermedades degenerativas e instituciones para personas de la tercera edad en condiciones de riesgo.
▪ Nuestra demanda es la aplicación de políticas y programas de organización
 de servicios sociales con responsabilidad de los estados para transformar los roles inequitativos de género, que nos imponen como responsabilidad exclusiva de las mujeres el cumplimiento de las tareas y actividades de reproducción de la fuerza de trabajo de las familias y la reproducción y cuidado de la vida.
▪ Luchamos contra todo tipo de violencia ejercida contra nosotras por el solo hecho de ser mujeres y contra las diversas manifestaciones de violencia: violencia física, patrimonial, sexual, psicológica, laboral, etc. Exigimos políticas de estado para la eliminación de los femicidios/feminicidios. NI UNA MENOS en nuestros países. Es responsabilidad de los estados la protección de la vida y la seguridad de las mujeres. BASTA de naturalización de las violaciones de niñas, niños y mujeres dentro de sus familias y entornos sociales.
▪ Exigimos políticas de estado para terminar con las redes nacionales e internacionales de trata y tráfico de personas que esclavizan a las mujeres, niños, niñas y adolescentes.
▪ Queremos leyes contra la discriminación, el racismo y la xenofobia y luchamos por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y negro, de las naciones y culturas originarias. Reivindicamos la libertad de movilidad entre habitantes de los países de América Latina y El Caribe. Demandamos la atención integral a los migrantes, especialmente a las mujeres y niñas y niños por parte de los Estados, ya que son las guerras y los efectos económicos nefastos del sistema imperialista/capitalista los que producen el padecimiento de millones en el mundo que tienen que abandonar su lugar de origen.
▪ Expresamos nuestra exigencia de garantizar la igualdad plena en todos los campos: económico, social, cultural, político y el reconocimiento de las culturas y aportes de los pueblos indígenas, originarios y negro.
▪ Exigimos la participación política de las mujeres en igualdad de condiciones con los hombres y el derecho a alcanzar cargos de decisión y responsabilidad, con la aplicación de medidas de acción afirmativa, como
 también leyes que regulen nuestra efectiva participación en elecciones en
cargos elegibles.
▪ Reivindicamos las distintas formas de liderazgo y participación política de lasmujeres y nos comprometemos a impulsar el fortalecimiento de la organización de las mujeres de los sectores populares y a potenciar la voz y presencia de todas nosotras como parte de la fuerza transformadora de nuestras realidades como mujeres y de nuestros pueblos y culturas.
▪ Luchamos por la integración de los pueblos de América Latina y el Caribe y por fortalecer la unidad de todos los sectores sociales, políticos democráticos y antiimperialistas y progresistas en la perspectiva de conquistar nuestra segunda y verdadera emancipación y la libertad y felicidad para toda la humanidad.
▪ Hacemos un llamado a todas las mujeres de América latina y El Caribe a organizarnos, movilizarnos y ponernos de pie y en lucha, para fortalecer nuestro movimiento por reivindicar nuestros derechos como mujeres y por la unidad de los trabajadores y los pueblos contra el imperialismo.


“MUJERES POR LA LIBERACIÓN DE LOS PUEBLOS Y POR NUESTRA EMANCIPACIÓN!!”
Quito, 30 de septiembre de 2018

nos volvemos a encontrar

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